miércoles, 2 de abril de 2014

Las cruces del Temple


Cruz de aparente origen templario. Santa María de Azogue (Betanzos)
Introduzco aquí este post, entre medias, porque creo que tiene una especial importancia hacer referencia a los símbolos e insignias de los caballeros de la Orden del Temple a la hora de contar qué es lo que queda hoy en día de los templarios en Galicia. Un tema que empezaré a desarrollar en la próxima entrada y donde os contaré los frutos que dieron mis visitas a diferentes enclaves de Galicia que guardan, en mayor o menor medida, relación con los templarios.
Si hay un emblema característico por excelencia de la Orden del Temple es la cruz roja, que los caballeros lucían en su indumentaria. Los miembros de la hermandad comenzaron a utilizarla a partir del año 1147, cuando el papa Eugenio III les concedió el derecho a portar una cruz sencilla sobre el manto blanco, colocada sobre el hombro izquierdo. Una insignia fija que simbolizada el voto de cruzada jurado por los caballeros al ingresar en la Orden; un voto que también era de carácter permanente. Sin embargo, tal y como nos relata Xavier Musquera, uno de los grandes investigadores de la Orden templaria, el pontífice no hizo alusión en ningún momento al diseño que debía tener dicha cruz.
La forma posiblemente más conocida de la cruz templaria es la denominada patada o paté, que se caracteriza porque sus cuatro brazos, simétricos, se van ensanchando desde el centro hasta los extremos. Una forma que recuerda a unas patas, de ahí la denominación. Esta figura se puede visualizar en iglesias y templos que pertenecieron a la Orden y en las tumbas de los caballeros.
La más conocida, sí, pero no la única que se puede atribuir a los caballeros del Templo de Salomón. Musquera nos describe otros tres tipos de cruz que se pueden relacionar con la orden: la cruz griega, con los cuatro brazos iguales; la cruz patriarcal, considerada como la primera que lucieron los miembros de la Orden del Temple y formada por dos brazos horizontales sobre uno vertical más alargado; y la Tau, inspirada en la letra griega del mismo nombre. Esta última, que se puede entender como la inicial de Temple, fue la menos empleada por los templarios, aunque en algunas iglesias o edificios que les pertenecieron aún puede verse esta cruz.
Aún podemos mencionar un quinto tipo de cruz asociada a la Orden del Temple: la cruz de Malta o ‘Cruz de las ocho beatitudes’. Posee ocho puntas que convergen en el centro para formar cuatro puntos de unión. Más de un misterio gira en torno a esta cruz, de la que se dice que fue empleada para descifrar el alfabeto secreto de la Orden (para saber más: http://marian-detodounpoco.blogspot.com.es/2010/11/el-alfabeto-secreto-de-los-templarios.html).
Aunque el color rojo en las cruces sí fue exclusivo de la Orden del Temple (del mismo modo que el negro identificaba a los teutónicos o el blanco a los miembros de la Orden de San Juan), no se puede decir lo mismo de las cruces. Otras órdenes religiosas y militares del momento- y posteriores-, lucieron emblemas de similar forma. La Orden de los Caballeros Teutones, por ejemplo, lucía en sus escudos una cruz negra, muy similar a la cruz paté templaria, aunque con el brazo inferior más alargado. Esto complica aún más la difícil tarea de dilucidar si una cruz grabada sobre la fachada de una iglesia perteneció al Temple, a otra Orden o si el maestro constructor responsable la cinceló sobre la piedra sin saber si siquiera el profundo significado que escondía tras de sí.
No son los únicos símbolos que puede relacionarse con los caballeros de la Orden del Temple, pero de las demás señales hablaremos a su debido tiempo.

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